martes, 13 de octubre de 2015

016


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"No puedo marcar ese número, tres pulsaciones en el movil, soy incapaz; porque sé que eso va a suponer irme lejos, separarme de los vecinos, de los profes del cole, de los pocos apoyos que tengo ahora; volver a estar sola, como cuando llegué con mi niño pequeñín, rodeada de extraños; aunque quieran ayudarme no me conocen, no me llaman por mi nombre, no tienen apego a mis hijos...¿y ellos? otra ruptura, sin sus amigos, sin sus profesores, sin más referncia que yo. Ahora que la vida empezaba a sonreirme un poquito, solo un poquito; ahora que tengo un mínimo ingreso al mes, estoy esperando que me den un pisito, para salir de donde vivimos, para poder dejarle, ahora que tengo mis papeles.... No sé en que situación pierdo mas. No me aconsejes eso, me ayudas solo con escucharme, con darme un café y un paracetamol para el golpe. Si marco ese número tengo que volver a empezar, no tengo fuerzas para eso, no soy capaz de tomar esa decisión, de afrontar el miedo a la incertidumbre. De momento me voy a caminar, mientras mis niños están en el cole, ya estoy mejor...gracias, no va a volver a pasar, voy a hablar con él..."

A partir de ahí ella va justificando el tortazo, los gritos, las amenazas, incluso llega a considerar que ella ha tenido parte de culpa. Y yo, impotente, angustiada, dolida, enfadada... abrazándola ¿que otra cosa puedo hacer?
Es una historia más, de las que supongo que pasan todos los días... pero cuando se te pone delante, en la cara, cuando la agredida es la madre de tus alumnos, a la que llevas acompañando años en su proceso de legalización, de alimentación, de educación... Cuando este número de mujer que sale en los medios tiene un rostro familiar, una mirada joven, una sonrisa triste, un nombre propio, una cercanía...lo que se siente no te deja indiferente.

Seguiré ahí, decidas lo que decidas, sin juzgarte, sin presionarte, pero sin dejar de decirte que te mereces otra oportunidad, otra mas; saca el valor de donde crees que no existe, marca el 016.

jueves, 8 de octubre de 2015

CIAO


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A los ocho años empecé a cartearme con unas amigas italianas, gracias a mi tía, maestra en Ciampino, quien en aquellos 70 debía conocer a Freinet y consideraba la correspondencia escolar como un estímulo para sus alumnos. Aunque ella, previamente, se tomaba el trabajo de traducir las cartas que me llegaban, a mi me apasionaba la grande y redondeada letra de Loredana, y la pequeñita y apretada de Irma; me sumergían en un mundo desconocido y mágico, no podia imaginar que eran niñas, iguales que yo, con los mismos sueños y parecidos temores.
Ya nunca dejé de adorar el italiano. Cuando las niñas salieron de la escuela, con el correr de la vida, perdimos el contacto; pero yo seguía pidiéndole a mi tía libros, felicitaciones y postales con cuatro palabras; para leerlas en voz baja y alta voz, para releerlas y aprenderlas. Comencé a hacer pequeñas traducciones, de libros infantiles y a corregirlas con el dicccionario.
Después me hice adulta, estudié y encontré la forma de ganarme la vida, formé una familia...el tiempo vuela y dejas muchas cosas atrás.
Hace unos años decidí retomar mi amor por el italiano, leyendo y escuchando cuando podía.
Tras varias visitas bastante seguidas a Italia tomé la decisión de aprender en serio el idioma y este curso, por fin, he conseguido darle un lugar en mi tiempo.
Quizás sería mejor para mi salud fisica hacer dos horas de natación (o cualquier otro deporte), retomar el yoga o incluso, ir a reuniones para adelgazar... Pero llego a clase, entra Michela, saluda "ciao, come stai?" y comienzo a disfrutar, dulzura para mis sentidos.
Cuatro horas semanales donde no tengo stress, me olvido de la administración qiue me está acogotando, de los papeles por terminar, de los problemas económicos y sociales de mis familias, de los descontroles emocionales de mis alumnos, de los fallos organizativos, de los agobios, de las dificultades...
Sentirse nuevamente estudiante, alumna, aprender solo por el puro placer de aprender.
Michela es una profesora bellisima (la elle lease l), como muchas profesoras de la enseñanza pública, alegre, entusiasta, juguetona, seria y divertida. ¡que corto se hace el tiempo cuando haces lo que te gusta y te lo hacen tan agradable!
Gracias querida tía, por poner en mi el germen de algo que me da tanta satisfacción.
No está nada mal, antes de los 50, encontrar en la vida otra maravilla más con la que ser feliz.

Ciao amici.

sábado, 26 de septiembre de 2015

OTOÑEAR


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El cielo semicubierto, temperatura agradable, amarillean los helechos, enrojecen los prunos, asoman su cabecita los hongos. Naturaleza viva en la sierra de Madrid.

Sonrisas, aceptación, danzas... recordar y programar, comidas y aperitivos de conversaciones con los cinco sentidos y con mucho humor, noche de bailes y risas. Debate y asamblea, respeto y crítica, propuestas y respuestas. Ganas de hacer.

El otoño para los maestros no puede relacionarse con agotar, marchitar, caer, abandonar, pudrir... sino todo lo contrario: crear, comenzar, soñar, preparar, retomar, formarse, ilusionarse, renacer...

Un "casi" nuevo grupo en mi vida, donde encuentro la motivación, la fuerza, la permanencia, la profundidad de la vocación, que, en ocasiones, ante las dificultades del quehacer diario se tambalea.
Gracias amigos meceperos, por otoñear juntos este fin de semana, por acoger como lo haceis y ofrecer tanta vida de educadores.

jueves, 10 de septiembre de 2015

MI MADRE CUMPLE 80


¿80 años son mucho o poco tiempo?, son 960 meses, 28820 días (incluidos los 29 de febrero), podríamos calcular también las horas, los minutos, los segundos...lo que nos daría un número muy largo y complicado de leer.
Yo prefiero pensar en los años de mi madre contando las papillas de maizena, los pañales lavados, las fiestas de cumpleaños y reyes, los guisos, las reuniones del colegio...
Cierro los ojos y veo tardes de costura bajando dobladillos y bordando nombres en los babys; huelo la plancha caliente mientras, con mi ojo tapado, leo en voz alta las aventuras del Senda y las poesías de Gloria Fuertes; oigo recuerdos de una infancia en blanco y negro, donde había colas interminables para conseguir comida, ropa remendada, pobreza, trabajo y honradez. Después miro mi niñez, con su presencia constante, su cuidado permanente, su dedicación incansable.
80 años marcados por una época, una educación, una fe, una forma de vida; donde además de sus hijos ha cabido un gran amor de  juventud, la entrega, la renuncia, la rutina, el aburrimiento, la indiferencia, el desanimo y el desamor... Y aún después, la superación, la aceptación, las ilusiones infantiles renovadas en los nietos, la creatividad y el empuje para levantarte cada dia, incluso con una noche de insomnio; para salir a la calle a ver escaparates, aunque te duela todo; para coger un autobús (o dos o tres), solo por acumular paisajes en la retina; para buscar ocupaciones, quehaceres, conversaciones... para seguir viviendo cada día, después de los 80, exprimiendo la cuenta larguísima de los segundos como una nueva oportunidad.

jueves, 23 de julio de 2015

MAS DE 80

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Viviendo unos días en un cálido lugar de la costa mediterránea observo detenidamente a las personas que me rodean. Por las características del enclave, la media de edad de los residentes debe rondar entre los 70 y 75 años; es curioso ponerse frente a la ancianidad de forma tan directa.
Aunque echando la vista atrás considero que llevo un trecho vivido, aún veo con lejanía la llamada tercera edad, sentirme y ser vista como "una persona mayor". Las consideraciones típicas que se hacen sobre ellos: "son maniáticos", "cascarrabias", "se vuelven como niños"...pierden consistencia ante su trato.
¿Qué no ha de pasar por su pensamiento, cuando vives cada día como el milagro de despertarte? ¿Cómo no perder la memoria inmediata, si no hay mente capaz de acumular tantos recuerdos?
Observo las parejas que se acompañan en la playa, apoyándose uno en el otro para calzarse, abrir una silla o entrar al agua. Ternura solo comparable a la que una madre despliega con su hijo al iniciarle en los primeros pasos de la autonomía; parejas compartiendo vida más de 40 años, conocedores del otro, de cada cicatriz (exterior o interior), vivencias, experiencias, secretos, dolores y silencios solo conocidos por ellos... apurando las últimas oportunidades  de tener juntas sus manos, de mirarse, de comprenderse, de aceptarse y de seguir avanzando un paso más.
Observo también a los que están solos, como Francisco, razón de que yo esté aquí. Aprendiendo después de los 80 a acostarse solo cada noche, a no tener la complicidad del que te conoce, a tomar las pequeñas decisiones de la vida diaria, sin pedir otra opinión. Ejemplo de superación, de coser lo que se te ha roto por dentro, con el hilo de los que te rodean, sin dejar de sentir el pinchazo, pero sonriendo ante el regalo de sentir el sol cada mañana.
Hay muchos más, cada uno con su historia, sus miedos, su pasado y sobre todo con su presente. Aquí, presente de sal en la piel, de gorros para el sol, de brisa marina, de rutinas veraniegas. Presente donde se habla de los que este año ya no han venido, con lágrimas en los ojos, pero con la conciencia de vivir en plenitud el día de hoy.

domingo, 5 de julio de 2015

MCEP Santander 2015


 ... para los profesores afectados por pérdida de unidades concertadas





Algo me vuelve a asombrar, como el verano pasado del Congreso del MCEP, maestras y maestros jubilados que acuden al encuentro con la pasión, participación y entusiasmo de los estudiantes de magisterio.
Modelo de vida, compartir experiencia de trabajo, no solo desde los años pasados, sino con la perspectiva de futuro, un futuro cambiante, adaptándose a las necesidades y respuestas actuales.
Viviendo estos días en el compartir, con los jóvenes de 20 y pocos, aceptando la novedad, la inexperiencia y las ganas como garantía de participación en igualdad.
Nos divertimos, debatimos, reimos, pensamos, bailamos, exponemos, hablamos, leemos, cantamos, dormimos poco y disfrutamos mucho.
Nuevamente, por segundo verano, el comienzo de julio dedicado a la formaión me recarga y me da la energía para afrontar con optimismo y ánimo el próximo curso.

domingo, 28 de junio de 2015

LA ALEGRÍA DE DESCUBRIR


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Vuelvo de Córdoba, un viaje "relámpago", donde no he visistado sus bellísimos monumentos ni sus jardines, casi no he paseado sus calles, aunque he sufrido sus calores y apreciado la amabilidad de sus gentes.
Vuelvo de asombrarme, de escuchar, de sonreir, de atender, de experimentar, de emocionarme, de aprender.
I Congreso Nacional de cálculo ABN; no voy a explicar la metodología, quien esté interesado desde internet accede a múltiple información; lo que quiero es compartir las emociones que ha supuesto este fin de semana seguir descubriendo e imaginando que esto puede ser fantástico para mis alumnos.
En uno de los talleres me he despedido de la ponente agradeciéndole su esfuerzo: "Voy a cumplir 49 años y es la primera vez en mi vida que he hecho una división de forma consciente, como yo he querido, a mi ritmo y sin miedo al error".
En el cierre del congreso Jaime Martín Montero decía: Los niños  elegirán las matemáticas como su asignatura favorita y además, no habrá ninguno que no se sienta capaz.  Muchos profes que lean esto no se lo creerán, pero  es ya una realidad en los colegios donde usan esta forma de enseñar.
Hemos catado el aperitivo, ahora nos traeremos la formación a Madrid, profundizaremos y convenceremos a muchos más. Si esto es dinamita y es especial, tiene que estar en nuestro cole.
Es maravilloso que el fin de curso se convierta en una oportunidad de aprendizaje, de cambio, de "recambio", de carga de energía, de ganas de hacer, de entusiasmo por la docencia.
A ratos he sentido "rabia", pensando que me faltan años para saber más, para hacerlo mejor, para darle a los niños lo que necesitan, mayores oportunidades. Pero aunque soy finita, limitada, en encuentros como los de este finde experimento con gran alegría, que somos muchos los que queremos mejorar, los locos de la enseñanza, los que gastamos nuestro dinero en formación, los que renunciamos a nuestro tiempo personal y somos capaces de ponernos a aplaudir cuando "nos sale" una multiplicación.

sábado, 4 de abril de 2015

DÍAS DE VACACIONES


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Una primavera de suaves temperaturas y colores luminosos siempre es tentadora a los sentidos, pero si además coincide con días de descanso y ociosidad, y se completa con encuentros que llenan el corazón, puede convertirse en un detonante emocional poderoso.
Dormir acunados por el sonido del viento entre los árboles, despertar al amanecer por un insistente gallo o unos ladridos, leer al aire libre rodeada por las gallinas o la burra.
Entablar largas conversaciones, ver jugar a los niños, observar, mirar el mar, reencontrarse, celebrar, pensar, respirar.
Sentir el suelo bajo los pies, el aire y el sol en la piel, contemplar el poniente rosado, vigilar el vuelo de los mosquitos, extasiarse ante el campo iluminado por una grandiosa luna llena.
Vivir el presente cada momento, disfrutar cada comida compartida, cada instante de soledad y cada segundo de compañía.
Estos días (que siempre me son escasos), el retorno a la finca Sant Miquel, han vuelto a suponer para mí, un año más, una primavera más, la maravilla de la naturaleza, el significado de los símbolos, el valor del silencio y de la palabra, el sentido de la muerte y la resurrección que nos acompaña (lo sepamos o no, lo queramos o no), la fuerza del agradecimiento; en definitiva, el redescubrimiento de la vida.

viernes, 20 de febrero de 2015

STRESS

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Me levanto un día cualquiera entre semana, al minuto estoy activada y mi cabeza comienza a dispararse repasando listas (a veces interminables) de tareas, recados, llamadas y asuntos pendientes de resolver.
Mi doctora, muy convencida, me repite: primer objetivo reducir el stress. Luego yo me pregunto ¿cómo evitar entrar a los proyectos que me proponen o se me ocurren? ¿cómo no involucrarme en "redes" que van tejiéndose alrededor de mi vida? ¿cómo no estar presente en cada una de esas pequeñas personas que tengo tan cerca y demandan atención, cuidado y mimo? ¿cómo no enfadarme con los compañeros que incumplen lo acordado o que viven su trabajo como un trámite? ¿cómo no preocuparme porque cada actividad y momento de la jornada sea lo mejor posible?¿cómo no hacerme cargo de las dificultades económicas que nos hacen calibrar cada gasto?...eso en lo laboral. Si me pongo a hacer lista en lo personal ....
Tengo cosas a mi favor; intento hacer escucha activa y relajada, una gran cantidad de paciencia, pocas veces me irrito de verdad, se disculpar y en casos necesarios también perdonar. Además me salva el sueño, duermo cada noche a pierna suelta, con facilidad y descanso profundamente.
Aún así no parece suficiente para mi estómago, mi espalda, mis talones y mis hombros; no es suficiente para mi tensión arterial y mi ritmo cardíaco. Preocupo a mi doctora, al fisio y sobre todo preocupo a los mios; también aunque no lo parezca me preocupo a mi misma.
Mi madre dice que antes no había stress, las mujeres llevaban su casa, atendian a su marido, sus padres y a un puñado de hijos todos seguidos. Así que esto debe ser algo de este loco siglo XXI; quizas debemos echar la culpa a uno de estos inventos infernales como móviles, ordenadores, internet o tantos canales de televisión.
Solo tengo dos soluciones o me "aislo" del mundo o intento llevarlo lo mejor que pueda...con un poquito de ayuda de la industria farmaceútica y otro poquito de buen humor.
Y ya termino, que llevo varios días para concluir este post y eso me estresa enormemente!!!

lunes, 5 de enero de 2015

REGALO DE REYES


después del concierto, emocionados, posando para la prensa




Hay una frase muchas veces oida que dice que los dolores de parto se olvidan cuando tienes a tu hijo en brazos. Nunca he estado muy de acuerdo con eso, cuando duele, duele y eso no se olvida, pero si es verdad que el día a día de tu hijo y los maravillosos momentos de ser madre compensan del todo el dolor pasado.
Todo esto me venía a la cabeza ayer por la tarde, en una butaca del Auditorio Nacional, siete niñas y cuatro niños, violinistas y flautistas, tocando en un magnifico escenario. Desde Vallecas, desde el Pozo, desde el Núñez al Auditorio Nacional, asi.... meteóricamente, acompañando a la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura.
Cuando Ecoembes nos encontró en mayo pasado, a través de un gran amigo del Núñez que siempre cree en nosotras (¡gracias Juanjo Vergara!), nos entusiasmamos desde el primer minuto.
Ahí empezaron nuestros dolores de parto: las dudas, la organización, los presupuestos, las posibilidades, escribir los proyectos, los contactos, los horarios (aghhhh! los horarios), la administración, la programación, la inspección, los medios de comunicación, la coordinación de grupos/profes/alumnos, los que no conseguimos que atiendan, los que cambian de instrumento, las incidencias, la custodia de los violines, los domingos de encuentros con los chicos de Villa Paz, ¿quién hace los bocadillos para las meriendas?, compras de última hora, facturas adelantadas que nunca cobramos, ensayos por la tarde, otra vez coordinaciones...
Así hasta diciembre, entonces continuamos: selección de niños para el concierto, ensayos de refuerzo, cambio de programa, reuniones con las familias, ¿qué ropa tienen que llevar?, ensayos en el cole en vacaciones, ensayos fuera del cole en fin de semana, más entrevistas en medios, llamadas, mail, autocar, convertirnos en "las madres de la Pantoja" acompañándolos y atendiéndolos como si fueran nuestros (ah! ¡es que son nuestros!)
Vacaciones de Navidad que no nos han dejado desconectar del cole; pendientes de los horarios, las familias, las entradas, los detalles que necesitabamos tener controlados...
Pero ayer, a las siete de la tarde, comenzó la magia. Ya en la presentación del concierto imágenes de nuestro cole, de nuestros chicos, en pantalla grande, con sus violines reciclados, mostrando su mirada limpia y profunda, sin vergüenza, a ochocientos espectadores.
La Orquesta de Cateura espectacular, pieza tras pieza, esos jóvenes músicos, nacidos entre la basura, demostrando que todas las dificultades son superables y que la música es un lenguaje universal. A medio programa salen nuestros pequeños...con sus camisetas blancas (unas grandes, otras ajustadas, ninguna de su talla) y sus ojos asombrados. En las filas de los familiares y los amigos del cole no podiamos parar de aplaudir, vitorear y llorar. Tocaron su violín, concentrados, con control pero con entusiasmo; sin saber que estaban viviendo uno de los momentos más importantes de su vida. Después las flautas, ¡cuantas veces estos meses les hemos oido tocar Noche de paz!, pero allí, este cuatro de enero, acompañados por la orquesta y el coro de niños, sentiamos que este villancico cobraba su verdadero sentido.
En fin, una tarde inolvidable, agotadora, llena de emociones, de nervios, de lágrimas, de ilusión.
A partir del jueves vuelven los dolores del parto; retomamos las clases de música, los ensayos, la preocupación de como pagaremos las extraescolares y las meriendas, la organización de encuentros y las coordinaciones...Pero lo afrontaremos según llegue, ahora, aún hoy, disfrutamos de la tarde pasada, con una gran sonrisa y los pelos de punta.
Los profes de música, los coordinadores del proyecto, nuestras chicas de extraescolares, las cuatro incondicionales del cole, nuestras amigas y nuestras familias hemos sido compensadas del esfuerzo diario y sentimos la gran satisfacción de haber participado en el proyecto de que nuestros pequeños músicos, sean hoy, un poco mas felices.