sábado, 10 de mayo de 2014

PASO CORTO, MIRADA LARGA




Por una serie de circunstancias ajenas a mi organización de la semana, estuve el jueves en un encuentro de Cáritas Nacional. Uno de los talleres de trabajo  trataba sobre los derechos sociales, las "mareas" y el compromiso de Cáritas con estos.
Allí estabamos Juanchu y yo, un poco desubicados, un poco por compromiso y un poco por curiosidad. representantes (no oficiales) de la marea verde, a través del colectivo que compartimos: Profesores cristianos en, por y para la Escuela Pública.
Antes de nuestra intervención, una simpática canaria, de nombre quechua impronunciable, representó con alto nivel de preparación a la marea naranja. Trabajadora y defensora de los Servicios Sociales como un derecho, hizo un estupendo análisis de la realidad económica, de los recortes y del futuro predecible. 
En el posterior debate un representante de Cáritas Extremadura reflexionó (con algo de lamento): "vuelvo a oir el mismo discurso, desde hace años, la globalización, el neoliberalismo...otro mundo es posible...pero no veo ese cambio"
La mujer canaria, desde una sensatez y una profundidad serena, como hace mucho tiempo no oía, respondió con esta frase: Paso corto, mirada larga.
Solo por la reflexión que resultó de su comentario y las vueltas que aún sigue dando en mi cabeza mereció la tarde pasada en El Escorial.
En el trabajo, en la familia, en los grupos de referencia, en el compromiso político y social, en la experiencia cristiana, en la comunidad de vecinos, en la opción ecológica...en la vida.
La mirada larga, a lo lejos, a la utopía, a lo que queremos, deseamos y soñamos, a lo que creemos, al cambio, al Reino para los creyentes. Una mirada tan larga, en el horizonte, que en nuestra corta vida permanecerá casi con los mismos kilómetros.
A la vez, un paso corto, sin detenerse, un paso detrás de otro, firme, asentado. Ese paso es el hacer, en lo fundamental, en gestos, en acciones: proyectos de calidad en los coles, cumplir los compromisos, elegir a las personas por encima de las cosas, acompañar, educar niños y niñas críticos con lo que les ofertan, no dejarse avasallar por los que mandan, tomar opciones y asumir las consecuencias, crear relaciones, celebrar en común, aceptar sin condiciones al otro, levantarse cuando te has caido.
En este paso corto están las mareas, con sus plataformas; los grupos contra el deshaucio; las asambleas de barrio; las "mini" asociaciones, pequeño germen de servicio; las grandes asociaciones, que además de afán recaudatorio tienen buenos proyectos; las comunidades de base, creyentes sin jerarquía; la renovación pedagógica, miles de profes en proceso de mejora permanente; los que trabajan por la cultura; los que sirven a los que no tienen nada; las organizaciones al margen de lo gubernamental...¿Seguro que alguien no puede encontrar donde comprometerse?
Todas estas acciones son las que van a resquebrajar por la base, formando pequeñas grietas que harán que la rotura llegue a producirse y que el cambio, ese que vemos desde la mirada larga, sea una realidad. 
Yo no estoy dispuesta a quedarme al márgen.