Este es uno de esos fines de semana, de los que vivo de vez en cuando, que no me distancia de mi trabajo, solo me hace cambiar de escenario.
Recibí a través de Ana (cada vez más amiga que conocida) una invitación a participar en este sábado freinitiano, el tema de hoy "El Cuerpo": con el cuerpo estamos todo el día, lo educamos, asistimos a la escuela, sentimos placer, también dolor. Vemos, tocamos, olemos, oímos y saboreamos. leemos, escribimos, calculamos, hablamos y cantamos. Nos movemos, nos emocionamos y expresamos sentimientos. Jugamos y aprendemos.
Organizado por el MCEP, los mismos que hicieron realidad el julio pasado mi sueño de conocer Reggio Emilia, han vuelto a sorprenderme y emocionarme.
Veinte educadores, de todos los niveles, de todas las edades, jóvenes estudiantes de Magisterio y profes con un pie en la jubilación, pasando una jornada de sábado, aprendiendo juntos.
Cuando inicias un camino profesional, si tienes la gran suerte de decidir (y conseguir) trabajar en lo que crees que te gusta, parece que tienes la obligación de vivirlo con intensidad, la obligación de formate y renunciar a "algo" de tu tiempo personal por tu vocación. Entonces los demás lo ven con normalidad e incluso lo comprenden.
Pero a partir de unos años muchos profes (ahora hablo de lo que me compete y conozco bien), deciden que ya saben bastante, que con la experiencia les basta y optan por desconectar los sábados las vacaciones, incluso los mas "desganados" hasta entre semana. También entonces los ajenos a ellos (familia, amigos, vecinos...) lo ven con normalidad y no solo lo comprenden, sino que lo aprueban.
Llevo veinti,...y algun años trabajando en el aula, con la pasión de quien ama profundamente lo que hace, disfrutando de maravillosos momentos y aceptando los ratos y retos dificiles.
Ahora me duele la espalda y un tobillo, de jugar al balón prisionero en la batalla de Trafalgar, de correr a por el pañuelo en todas sus variantes, de danzar melodías rusas, griegas, polonesas y que se yo... Y me siento muy feliz de haber vivido otra vez hoy la experiencia, de que estando en la madurez de mi tarea me hago consciente, de que sé mucho menos que lo que me queda por aprender.
Otra vez, gracias compañeros del MCEP, locos freinitianos que haceis de vuestro trabajo un sueño, de ese sueño vuestra vida y que abris los brazos a quienes nos acercamos a compartirlo.
Por el abrazo de caracol, seguiremos en contacto.