Día 20 de noviembre de 1989 la Asamblea general de Naciones Unidas aprueba los derechos de la Infancia. Hoy se cumplen 25 años de aquel momento histórico.
A., 7 años, tiene derecho a tener las manos limpias y las uñas cortadas.
L., 4 años, tiene derecho a dormir en una cama, no en una plancha de espuma sobre un suelo húmedo.
Y., 6 años, tiene derecho a que su calle esté asfaltada, no sea un barrizal.
J., 10 años, tiene derecho a ir con calzado cerrado en invierno, sin que la suela se caiga a pedazos.
D., 8 años, tiene derecho a almorzar en el recreo, sin pedir a los compañeros lo que ellos no quieren.
I., 5 años, tiene derecho a que su padre y su madre no se peleen y se insulten en la puerta del colegio.
N., 9 años, tiene derecho a ser igual que su hermano varón y no tener que cargar con su mochila.
Y., 5 años, tiene derecho a tratamiento odontológico.
J., 3 años, tiene derecho a oler bien.
S., 9 años, tiene derecho a llevar calcetines.
S., 8 años, tiene derecho a llevar tarea a casa y que no se pierda o la rompan.
M., 10 años, tiene derecho a tener material escolar.
I., 4 años, tiene derecho a llegar puntual por las mañanas.
¡Ah! ¿Qué estos derechos no son los que están escritos en la declaración de la ONU? Claro, yo no estaba pensando en niños y niñas anónimos... yo conozco a estos niños y niñas, con nombres, con rostros, con familias... en pleno siglo XXI, en la ciudad de Madrid, estos son los derechos por los que tenemos que pelear.