sábado, 17 de septiembre de 2016

EL CUCO


Resultado de imagen de reloj de cuco

"Con la esperanza de vida cada vez más alta espero llegar a los 100, pero si es así, no creo que mi cabeza ni mi cuerpo me acompañen para organizar una fiesta. Mientrás andamos sin bastón y con nuestra mente despierta vamos a celebrar mis primeros 50 años..."





Así escribía yo tan tranquila e ilusionada la invitación a mi cumpleaños. después de un mes de andar decidiendo si lo celebraba o no, si de verdad era tan importante cumplir cincuenta o podía pasar, como tantos otros veranos, con las felicitaciones de los más cercanos y una comida un poco especial.
Continuo... así escribía yo tan tranquila cuando siguiendo la propuesta de ver un espectaculo de danza en el centro cultural me encuentro con la mayor sorpresa de mi vida.
Allí estaban mis hermanos, mis amigos y amigas, compañeras y más amigas, toda mi familia; pequeños y grandes, los que viven cerca y los que viven lejos, los que había visto ayer y los que no veia hace tiempo.
Ahora escribo y dos veces cada hora oigo el cuco. Un precioso reloj de cuco que vino de Alemania escondiendo en su casita la sorpresa de la fiesta de cumpleaños; la fiesta más grande que he tenido nunca.
El cuco con su sonido rítmico y periódico recuerda continuamente el tiempo que pasa, ¡cómo se me han pasado a mi estos cincuenta años! y que solo tenemos que dedicarnos a una cosa: a vivir.
El sonido del cuco será para mi cada hora, una fiesta y el recuerdo, para siempre, del momento en el que abrí la puerta y ya no era capaz de cerrar la boca, ni encontraba las palabras.
El sonido del cuco tiene el significado de sentirme querida, arropada, valorada, mimada y de estar rodeada de personas maravillosas. Y oirlo me gusta mucho...

jueves, 30 de junio de 2016

el tiempo vuela!!!


Resultado de imagen de verano

Miro el blog y me parece increible que no haya  escrito desde octubre. Y no quiero pensar que este haya sido un curso sin reflexión, sin pasión, sin disfrute.
Lo que si es verdad es que el volumen y la intensidad del trabajo han ocupado gran parte de mis horas, días, semanas, meses...
Y los ratos de descanso , ocio, vacaciones y escape se me han llenado de los mios, de los amigos, de los colectivos, de estar en casa, del italiano, de charlas y de compartir.
Y asi, de repente, está terminando junio y entre "evento" y "evento" solo saco un pequeño rato para escribir.
Curso fructífero, con buenos resultados en muchos sentidos. Proyectos en marcha esperando la orden de salida, nuevas perspectivas de compañeros, de alumnos, de familias, de cambios y mejora. También sentimientos de fallos, de oportunidades perdidas, de momentos que no vuelven, de palabras no dichas y de mi gran cansancio...
El sol aprieta, huele a verano, se oye el chapoteo de los pequeños en el agua, los días son largos, las noches cálidas...
Holgar, viajar, gustar, descubrir, sonreir, empapar, caminar, soñar... son verbos que riman con las vacaciones. Vamos a alargarlas, estas tampoco volverán.

martes, 13 de octubre de 2015

016


Resultado de imagen de mujeres llorando




"No puedo marcar ese número, tres pulsaciones en el movil, soy incapaz; porque sé que eso va a suponer irme lejos, separarme de los vecinos, de los profes del cole, de los pocos apoyos que tengo ahora; volver a estar sola, como cuando llegué con mi niño pequeñín, rodeada de extraños; aunque quieran ayudarme no me conocen, no me llaman por mi nombre, no tienen apego a mis hijos...¿y ellos? otra ruptura, sin sus amigos, sin sus profesores, sin más referncia que yo. Ahora que la vida empezaba a sonreirme un poquito, solo un poquito; ahora que tengo un mínimo ingreso al mes, estoy esperando que me den un pisito, para salir de donde vivimos, para poder dejarle, ahora que tengo mis papeles.... No sé en que situación pierdo mas. No me aconsejes eso, me ayudas solo con escucharme, con darme un café y un paracetamol para el golpe. Si marco ese número tengo que volver a empezar, no tengo fuerzas para eso, no soy capaz de tomar esa decisión, de afrontar el miedo a la incertidumbre. De momento me voy a caminar, mientras mis niños están en el cole, ya estoy mejor...gracias, no va a volver a pasar, voy a hablar con él..."

A partir de ahí ella va justificando el tortazo, los gritos, las amenazas, incluso llega a considerar que ella ha tenido parte de culpa. Y yo, impotente, angustiada, dolida, enfadada... abrazándola ¿que otra cosa puedo hacer?
Es una historia más, de las que supongo que pasan todos los días... pero cuando se te pone delante, en la cara, cuando la agredida es la madre de tus alumnos, a la que llevas acompañando años en su proceso de legalización, de alimentación, de educación... Cuando este número de mujer que sale en los medios tiene un rostro familiar, una mirada joven, una sonrisa triste, un nombre propio, una cercanía...lo que se siente no te deja indiferente.

Seguiré ahí, decidas lo que decidas, sin juzgarte, sin presionarte, pero sin dejar de decirte que te mereces otra oportunidad, otra mas; saca el valor de donde crees que no existe, marca el 016.

jueves, 8 de octubre de 2015

CIAO


Resultado de imagen de italia



A los ocho años empecé a cartearme con unas amigas italianas, gracias a mi tía, maestra en Ciampino, quien en aquellos 70 debía conocer a Freinet y consideraba la correspondencia escolar como un estímulo para sus alumnos. Aunque ella, previamente, se tomaba el trabajo de traducir las cartas que me llegaban, a mi me apasionaba la grande y redondeada letra de Loredana, y la pequeñita y apretada de Irma; me sumergían en un mundo desconocido y mágico, no podia imaginar que eran niñas, iguales que yo, con los mismos sueños y parecidos temores.
Ya nunca dejé de adorar el italiano. Cuando las niñas salieron de la escuela, con el correr de la vida, perdimos el contacto; pero yo seguía pidiéndole a mi tía libros, felicitaciones y postales con cuatro palabras; para leerlas en voz baja y alta voz, para releerlas y aprenderlas. Comencé a hacer pequeñas traducciones, de libros infantiles y a corregirlas con el dicccionario.
Después me hice adulta, estudié y encontré la forma de ganarme la vida, formé una familia...el tiempo vuela y dejas muchas cosas atrás.
Hace unos años decidí retomar mi amor por el italiano, leyendo y escuchando cuando podía.
Tras varias visitas bastante seguidas a Italia tomé la decisión de aprender en serio el idioma y este curso, por fin, he conseguido darle un lugar en mi tiempo.
Quizás sería mejor para mi salud fisica hacer dos horas de natación (o cualquier otro deporte), retomar el yoga o incluso, ir a reuniones para adelgazar... Pero llego a clase, entra Michela, saluda "ciao, come stai?" y comienzo a disfrutar, dulzura para mis sentidos.
Cuatro horas semanales donde no tengo stress, me olvido de la administración qiue me está acogotando, de los papeles por terminar, de los problemas económicos y sociales de mis familias, de los descontroles emocionales de mis alumnos, de los fallos organizativos, de los agobios, de las dificultades...
Sentirse nuevamente estudiante, alumna, aprender solo por el puro placer de aprender.
Michela es una profesora bellisima (la elle lease l), como muchas profesoras de la enseñanza pública, alegre, entusiasta, juguetona, seria y divertida. ¡que corto se hace el tiempo cuando haces lo que te gusta y te lo hacen tan agradable!
Gracias querida tía, por poner en mi el germen de algo que me da tanta satisfacción.
No está nada mal, antes de los 50, encontrar en la vida otra maravilla más con la que ser feliz.

Ciao amici.

sábado, 26 de septiembre de 2015

OTOÑEAR


Resultado de imagen de rojo en otoño




El cielo semicubierto, temperatura agradable, amarillean los helechos, enrojecen los prunos, asoman su cabecita los hongos. Naturaleza viva en la sierra de Madrid.

Sonrisas, aceptación, danzas... recordar y programar, comidas y aperitivos de conversaciones con los cinco sentidos y con mucho humor, noche de bailes y risas. Debate y asamblea, respeto y crítica, propuestas y respuestas. Ganas de hacer.

El otoño para los maestros no puede relacionarse con agotar, marchitar, caer, abandonar, pudrir... sino todo lo contrario: crear, comenzar, soñar, preparar, retomar, formarse, ilusionarse, renacer...

Un "casi" nuevo grupo en mi vida, donde encuentro la motivación, la fuerza, la permanencia, la profundidad de la vocación, que, en ocasiones, ante las dificultades del quehacer diario se tambalea.
Gracias amigos meceperos, por otoñear juntos este fin de semana, por acoger como lo haceis y ofrecer tanta vida de educadores.

jueves, 10 de septiembre de 2015

MI MADRE CUMPLE 80


¿80 años son mucho o poco tiempo?, son 960 meses, 28820 días (incluidos los 29 de febrero), podríamos calcular también las horas, los minutos, los segundos...lo que nos daría un número muy largo y complicado de leer.
Yo prefiero pensar en los años de mi madre contando las papillas de maizena, los pañales lavados, las fiestas de cumpleaños y reyes, los guisos, las reuniones del colegio...
Cierro los ojos y veo tardes de costura bajando dobladillos y bordando nombres en los babys; huelo la plancha caliente mientras, con mi ojo tapado, leo en voz alta las aventuras del Senda y las poesías de Gloria Fuertes; oigo recuerdos de una infancia en blanco y negro, donde había colas interminables para conseguir comida, ropa remendada, pobreza, trabajo y honradez. Después miro mi niñez, con su presencia constante, su cuidado permanente, su dedicación incansable.
80 años marcados por una época, una educación, una fe, una forma de vida; donde además de sus hijos ha cabido un gran amor de  juventud, la entrega, la renuncia, la rutina, el aburrimiento, la indiferencia, el desanimo y el desamor... Y aún después, la superación, la aceptación, las ilusiones infantiles renovadas en los nietos, la creatividad y el empuje para levantarte cada dia, incluso con una noche de insomnio; para salir a la calle a ver escaparates, aunque te duela todo; para coger un autobús (o dos o tres), solo por acumular paisajes en la retina; para buscar ocupaciones, quehaceres, conversaciones... para seguir viviendo cada día, después de los 80, exprimiendo la cuenta larguísima de los segundos como una nueva oportunidad.

jueves, 23 de julio de 2015

MAS DE 80

 2478925042_aa903b7065_z.jpg?zz=1







Viviendo unos días en un cálido lugar de la costa mediterránea observo detenidamente a las personas que me rodean. Por las características del enclave, la media de edad de los residentes debe rondar entre los 70 y 75 años; es curioso ponerse frente a la ancianidad de forma tan directa.
Aunque echando la vista atrás considero que llevo un trecho vivido, aún veo con lejanía la llamada tercera edad, sentirme y ser vista como "una persona mayor". Las consideraciones típicas que se hacen sobre ellos: "son maniáticos", "cascarrabias", "se vuelven como niños"...pierden consistencia ante su trato.
¿Qué no ha de pasar por su pensamiento, cuando vives cada día como el milagro de despertarte? ¿Cómo no perder la memoria inmediata, si no hay mente capaz de acumular tantos recuerdos?
Observo las parejas que se acompañan en la playa, apoyándose uno en el otro para calzarse, abrir una silla o entrar al agua. Ternura solo comparable a la que una madre despliega con su hijo al iniciarle en los primeros pasos de la autonomía; parejas compartiendo vida más de 40 años, conocedores del otro, de cada cicatriz (exterior o interior), vivencias, experiencias, secretos, dolores y silencios solo conocidos por ellos... apurando las últimas oportunidades  de tener juntas sus manos, de mirarse, de comprenderse, de aceptarse y de seguir avanzando un paso más.
Observo también a los que están solos, como Francisco, razón de que yo esté aquí. Aprendiendo después de los 80 a acostarse solo cada noche, a no tener la complicidad del que te conoce, a tomar las pequeñas decisiones de la vida diaria, sin pedir otra opinión. Ejemplo de superación, de coser lo que se te ha roto por dentro, con el hilo de los que te rodean, sin dejar de sentir el pinchazo, pero sonriendo ante el regalo de sentir el sol cada mañana.
Hay muchos más, cada uno con su historia, sus miedos, su pasado y sobre todo con su presente. Aquí, presente de sal en la piel, de gorros para el sol, de brisa marina, de rutinas veraniegas. Presente donde se habla de los que este año ya no han venido, con lágrimas en los ojos, pero con la conciencia de vivir en plenitud el día de hoy.