Vuelta a casa, ya subida al avión; se acabo la RIDEF con la puesta en común del trabajo de los talleres largos y la asamblea de valoración.
En el aeropuerto bromeaba con un compañero: no pasaremos el control, llevamos contrabando de ilusiones.
Muchas ganas de volver, de estar con los mios; con una mañana llena de despedidas, tiernas unas, efusivas otras, de esperanza y comienzo de amistad algunas. Arrivederci, no adios. Un hasta luego que se traduce en los cuadernos llenos de apuntes, direcciones, pensamientos, ideas...
En la memoria momentos para siempre, las caminatas y helados de Reggio Emilia, desayunar al lado de Francesco Tonucci, las risas, el esfuerzo por traducir, la pasta y el queso, los bailes, las reflexiones pedagógicas, las críticas, el intercambio, los sones de cada lengua...
Los paises del mundo son tierra de cultura, paisajes, costumbres; pero lo mas importante de todos los paises son sus personas. He conocido personas generosas, que dan lo que tienen, no lo que les sobra; personas preocupadas por aprender para mejorar la vida de sus alumnos y comunidades; personas luchadoras que viven para la justicia y los derechos humanos; personas alegres que bailan incluso con la mirada; personas observadoras e inteligentes que captan todo rápidamente; personas que cuentan lo que saben o lo que hacen, para que les sirva a otros.
Y cuando pienso en estas personas veo caras y nombres de paises: México, Chile, Suecia, Italia, Brasil, Francia, Reino Unido, Colombia, Uruguay, Canada, Palestina, Camerún, Finlandia, Cabo Verde, Senegal, Alemania, España, Corea...y asi hasta 38
Gracias RIDEF por esta oportunidad, gracias por hacerme mejor educadora y hacerme sentir que no soy solo de un lugar del mundo, sino que formo parte de él.